lunes, 28 de marzo de 2011

Descubriendo Écija

Por caprichos del destino acabé emigrando al sur, a un pueblo precioso y monumental de la provincia de Sevilla, Écija. A estas alturas lo conozco bastante bien, conozco sus callejuelas laberínticas, sus gentes, sus costumbres, su personalidad.. y me encanta. Estoy enamorada de este lugar, primero por su capacidad de disfrutar de la vida, y no quiero parecer cursi, pero es que no hay otra manera de describir el hervir de vida y la alegría que hay en estas calles todos los días. También por la importancia que se le da a la cultura, esto me sorprendió, lo reconozco, y es que este es un pueblo ante todo conocedor de su arte y muy intelectual. Constantemente se organizan conferencias, entregas de premios, presentaciones literarias etc. Es genial la constancia con la que me encuentro carteles referentes a festivales o actos culturales colgados en los escaparates de los comercios más variados, porqué TODOS participan en ello.
No os aburriré con conceptos históricos y tradicionales, por lo menos en este post jeje, pero os explico que su historia se remonta al siglo VIII a. C. pasando por manos romanas y musulmanas hasta convertirse en una ciudad cristiana, capital barroca, dominada por las torres y cúpulas de su cantidad ingente de iglesias y conventos.
Ayer, aprovechando el domingo, salimos cámara y plano en mano, a registrar las torres del sector norte. Recogimos ocho campanarios importantes a menos de un kilometro a la redonda de nuestra casa. Para que os hagáis una idea de las serenatas que nos dan por las mañanas..
Estos son los que tenemos enfrente, al lado y detrás de casa.
Convento de las Marroquies s. XVI - XVIII

Convento de las Filipensas s. XVI - XVIII


Iglesia Mayor  de Santa Cruz s. VI - XIX

Convento de San Pablo y Santo Domingo s. XVI - XVIII


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